Cómo cambiar tus hábitos alimentarios (sin perder la cabeza ni el placer de comer)
- lisethmanutricion
- 6 feb
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 feb

Cambiar tus hábitos alimentarios no tiene por qué ser un camino de penitencia donde el brócoli es el villano y el placer se queda fuera del plato. No voy a hablarte de dietas milagrosas ni de listas infinitas de "prohibidos". Vamos a hablar de cómo hacer que comer bien sea algo que disfrutes, sin dramas ni restricciones absurdas. 🍽️
1. Empieza por conocerte: ¿Qué comes y por qué? Antes de cambiar, primero entiende. ¿Cómo son tus comidas diarias? ¿Sueles comer por hambre o porque estás aburrido, estresado o simplemente porque está la tele encendida? La idea no es juzgarte, sino descubrir qué hay detrás de tus elecciones alimentarias. Comer también es emocional, y reconocerlo es el primer paso para hacer cambios que realmente funcionen.
2. No se trata de quitar, sino de añadir Olvida eso de "no puedo comer esto". Mejor piensa en qué puedes añadir a tus comidas para que sean más completas y te hagan sentir bien. ¿Te encanta la pasta? Genial, añade un poco de pollo o tofu, algún vegetal colorido y una pizca de semillas para el extra crujiente. Más que restringir, el truco está en enriquecer.
3. El poder de la planificación (sin volverte loco) No necesitas un calendario o un menú detallado al milímetro, pero tener una idea general de qué vas a comer ayuda (mucho). Tener a mano opciones que disfrutes te evitará caer en la tentación de ese "lo primero que encuentre en la nevera" que a veces no es la mejor opción. Planifica, pero deja espacio para la improvisación y el antojo ocasional.
4. Aprende a escuchar a tu cuerpo Sí, suena un poco "zen", pero es clave. Tu cuerpo sabe cuándo está lleno y cuándo realmente necesita combustible. Comer más despacio y con atención te ayudará a reconocer esas señales. No se trata de comer menos, sino de comer lo que realmente necesitas.
5. Disfruta cada bocado La comida no es solo gasolina, es placer. No se trata de eliminar tus comidas favoritas, sino de disfrutarlas de verdad. ¿Te apetece un postre? Cómelo, pero hazlo sin culpa, saboreando cada bocado. El disfrute consciente hace que no necesites repetir por inercia.
6. La perfección no existe (y eso está bien) Habrá días en los que comerás de maravilla y otros en los que terminarás cenando pizza en el sofá viendo tu serie favorita. Y eso está bien. Cambiar hábitos no significa ser perfecto, sino encontrar un equilibrio que funcione para ti.
En resumen: Cambiar tus hábitos alimentarios no tiene por qué ser una tortura. Se trata de pequeños ajustes que respeten tu ritmo, tus gustos y tu disfrute. Porque sí, comer bien y disfrutar pueden (y deben) ir de la mano.
📅 ¡Empieza hoy! Tu yo del futuro te lo agradecerá.
Comments